Porque es que mi cabeza ya está patas arriba, entonces, ¿te quiero o no? ¿me quieres o no?, ¿te voy a echar de menos o no? ¿echaré de menos esas peleas? ¿y esas veces en las que lees en voz alta con una voz de tontita? ¿esos insultos? Es que yo no sé si te quiero o no, si todo ha sido una broma de mal gusto o me empiezas a querer en un momento determinado y cuando no te dejo algo me odias de repente. Supongo que lo que te pasa es que aún no has aprendido las mierdas de la vida, ni los momentos felices tampoco. Supongo que no serás así los trescientos sesenta y cinco días del año. Supongo que si así fuera tu madre, mi tía ya estaría realmente agotada. Y esa despedida tirándome un beso desde la ventanilla trasera me ha llegado dentro, se ha quedado ahí y creo que nunca, nunca, nunca se va a ir. ¿Y si es verdad que te quiero con todas mis fuerzas aunque tú no lo hagas con esas ganas, pequeña?
Bueno, las personas que más te quieren son las que menos te lo dicen...
ResponderEliminarMe gustó tu entrada :)
Un besín,
M.
Sí, puede que sea cierto. ¡Me alegro mucho! Un besazo.
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